LA DEVOCIÓN DE EUGENIO MONTEJO POR LA ÚLTIMA RELIGION

“Deseo descansar, hasta pronto”, fueron sus últimas palabras en una vida que estuvo a solo 3 meses para sumar su novena década.

Eugenio Montejo en fotografía tomada de Babelia, diario  "El País". España.
Aquel pequeño cuerpo, el cual años antes vi caminar con paso corto pero firme, absorto en medio de algunos de sus versos,con la armónica felicidad de ser mensajero de líneas de pura poesía, se fue,pero no para siempre…los poetas nunca mueren,total...

…La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
ni siquiera palabras.
Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.
                                         La poesía

¿Los poetas no pertenecen a una geografía, sino a una época?
RESPUESTA EUGENIO MONTEJO: Es una idea de Yeats, que decía que uno pertenece más a su tiempo que a su país. Uno sintoniza más con sus contemporáneos que con sus paisanos o con sus coetáneos. Yo tengo menos que ver con un venezolano del siglo pasado que con alguien de otro país pero con las preocupaciones de hoy. Las familias poéticas no siempre coinciden con las fronteras geográficas.
¿cómo escribir poemas de amor?
R. No escribí poemas de amor en mi juventud. Siempre pensé que planteaban muchos riesgos y exigían mucha sabiduría verbal. En la poesía amorosa es difícil pasar de la orilla de la palabra a la orilla de la memoria. No siempre lo que interesa a dos interesa a otros. Ahí está el riesgo. No obstante, siempre necesitamos decir de nuevo las palabras de amor, buscar nuevas entonaciones. Siempre tratamos de que, a pesar de que hayan existido Pablo Neruda y Pedro Salinas, nuestra entonación pueda decir lo suyo.
P. ¿Las palabras de amor están cansadas?
R. Un poco. El poema de amor plantea el riesgo de la nadería y el lugar común.
Dos cuerpos convertidos en pétalos de una misma flor de sentimientos
Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.

Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.

Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.

Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
                                                      Amantes

P. 'No todo en el poema ha de ser literalmente escritura', ha escrito. ¿Qué es entonces?
R. Es lo que precede a la escritura. Lo anterior es el amor y la poesía. El amor es anterior al lenguaje. Tan anterior que tiene un lenguaje propio. ¿Qué es si no es eso? Es otro lenguaje, otra forma de comprensión de lo humano y de la realidad. Vivimos una época alfabética. Todo está dominado por el alfabeto como un absoluto, y olvidamos que el alfabeto es un invento. De hecho, decimos analfabeto como un insulto. Una vez un amigo me dijo: 'No despreciemos a los analfabetos. Ellos inventaron la escritura'.
                       La escritura,menudo ejercicio cuando las palabras están cansadas

Alguna vez escribiré con piedras,
midiendo cada una de mis frases
por su peso, volumen, movimiento.
Estoy cansado de palabras.

No más lápiz: andamios, teodolitos,
la desnudez solar del sentimiento
tatuando en lo profundo de las rocas
su música secreta.

Dibujaré con líneas de guijarros
mi nombre, la historia de mi casa
y la memoria de aquel río
que va pasando siempre y se demora
entre mis venas como sabio arquitecto.
                                          Escritura

P. ¿Vivimos una época de repliegue de la poesía?
R. La imagen que define la poesía en este tiempo es la del eclipse.La poesía está eclipsada en el sentido en que no es objeto de la atención absolutamente preferente que le dispensaron otras épocas. Y no tan antiguas, hablo de hace un siglo. Hoy día tiene un culto minoritario, que mantiene la llama encendida. Prefiero la imagen del eclipse porque al fin y al cabo los eclipses son pasajeros. Tan pronto termine esta fascinación por lo audiovisual, volverá la poesía a tener el sitial preferente que ha sido la constante en todas las culturas. Los antropólogos no han podido datar una sola cultura que prescinda del canto. Hay, eso sí, culturas que prescinden del signo.

P. ¿Por qué se ha producido ese eclipse?
R. Cuando durante el cerco de Leningrado y todas esas experiencias terribles Pasternak y Ajmátova leían sus poemas, los comunistas se asombraban de que los soldados se supiesen de memoria los versos. Se dieron cuenta de que los habían menospreciado, aunque ellos no lo hacían por el comunismo, sino por el alma rusa. Es un tema fascinante sobre el que tenemos que meditar mucho: ¿qué ocurre para que en este tiempo la poesía no tenga ese fervor? 
                                              Eugenio Montejo recita "Atención a la vida" 

P. ¿Qué hacer? ¿Esperar a que pase el eclipse o intervenir?
R. Las dos cosas: esperar interviniendo. El artista tampoco puede adecuarse porque sí. Como dice Günther Eich, el artista es arena y no aceite en el mecanismo del mundo, trata de contrarrestar para corregir. Busca el tempo vital del hombre para devolvérselo. El artista debe reclamar más, más espacio vital, más vida. No obstante, hay síntomas de que estamos saliendo del eclipse: los movimientos ecologistas, que tienden a devolverle ciudad al hombre, de conquistar espacios. Tratan de que la ciudad no sea el espacio hostil que ha sido.
P. ¿Sigue pensando que el juicio final será ante la poesía?
R. La poesía es la última religión que nos queda. Si hay un juicio final, será ante ella. Brodsky dice que si la poesía es la forma de la elocuencia suprema deja de ser un arte para ser nuestro fin antropológico genético. Toda nuestra apuesta es ante la poesía. Y eso no sólo es una estética, es también una ética.

…Y así concluye el periplo, en ferviente admiración por el prodigio de la Vida, sin temor a la inseparable amante y compañera de los humanos, la hermana muerte:

Pavana para mi vida aquí en la tierra,
en esta tierra que no atormenta con la muerte
sino con la belleza.
Pavana que celebra cada instante y su prodigio
(…)
Pavana para el mundo que se abre en su milagro,
el antiguo milagro que siempre nos sorprende
(…)
                  (Pavana, del libro Poemas Selectos)
Danza ceremonial en esta tierra que no atormenta con la muerte sino con la belleza
Preguntas reformuladas y respuestas tomadas parcialmente del articulo 'Siempre necesitamos decir de nuevo las palabras de amor' para el suplemento Babelia del diario madrileño “El País”, firmado por Javier Rodríguez Marcos  y editado el 22 de junio del 2002

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